UN SUEÑO
Por Cristian Ugalde
Las banalidades del ser humano se
suman cuando los días parecen más fríos de lo normal. Hoy por ejemplo el tedio,
la rutina o la forma de recordarte me provocó náuseas, sí, de esas que inducen
a que los andenes del metro parezcan efímeros, sin forma, color, tamaño… sin
gente.
Lo real, es que esa idea –tu idea
y antes mi idea–, me rondo durante una parte de la madrugada y algo de la
mañana, quizá debí para ese momento posponerla, pero de verdad, no encontré
forma de hacerlo, es que… ¿quién podría posponer pensamientos involuntarios?
Pensé en llamarte por móvil y decírtelo, creo que lo hice, no lo recuerdo.
A veces los instantes de
fugacidad merman mi panorama y hacen que divague en limitaciones sin
importancia, provocan que mi cuerpo se congele, sin poder moverme, como si
estuviera atado a un lugar, tengo una pesadez enorme y no logro conjeturar
palabras, parece que estoy estático aunque te vea, te hable, te ame, te abrace,
no ocurre nada… ¡no lo entiendo!
No sé si sea algo más allá de lo
intermitente o tenga que ver con que no nos hayamos visto, quizá sea como
esos chasquidos que hacen las brasas cuando arden en una fogata, o las
lucecillas que emiten las luciérnagas cuando vuelan. No te conté, pero me gusta
verlas –hace tiempo no lo hago– me gusta ver como prenden y apagan sus
luces, como crean y extinguen la luz, ¿será una metáfora real de la vida? ¿O
soy yo el que desvaría cuando las observa? ¡No sé!
Mejor te hablo de un sueño.
Diario lo tengo, así que te lo voy a contar: Dos individuos recitan palabrerías
que parecen ser su rutina, están vestidos de blanco y siempre tienen el mismo
diálogo... al menos es muy similar cada que los sueño. Ayer dijeron que me ven
con más fuerza, la verdad no entiendo. Hoy, dicen que mis ojos se ven vivos,
que parecen soñar y que ha sido así desde hace cinco años.
15-02-2018
0 comentarios:
Publicar un comentario